Fue en 1950, más o menos, que comenzó a destruirse buena parte del patrimonio arquitectónico de Salamanca, muy poco sobrevivió. Lo que queda fueron rescates piadosos que, en algunos casos, como es el caso del magnífico templo conocido como la Parroquia Antigua, no funcionaron pues las intervenciones no fueron las adecuadas. El utilizar productos químicos modernos sobre construcciones centenarias en lugar de ser un beneficio es un gran perjuicio. Lo que vemos en la imagen es un detalle del Cristo que hay en la parte más alta de la portada principal del templo de San Agustín.
Muchas de las casas de finales del siglo XIX, o principios del XX en el centro de la población se han convertido en estacionamientos, los vestigios de estilos arquitectónicos ahí quedan... otras casas antiguas se han transformado en tienda de telas.
A espaldas del Museo Hidalgo, en la calle Albino García queda este dintel que nos dice algo... algo del pasado señorial.
Contadas con los dedos de una mano son las casonas que sobrevivien... como la de Revolución esquina Río Lerma.
Será que no es la pintura adecuada, o el trabajo de restauración no fue el indicado, pero ya se viene abajo la pintura del Templo de las Tres Caídas, cuyo rescate hace apenas 3 años ocurrió.
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