viernes, 27 de marzo de 2015

El Viernes de Dolores por la mañana en el Mercado Municipal de Salamanca, Guanajuato.

    Un día como hoy, Viernes de Dolores, de hace unos 43 o 44 años nació en mi la afición por los santos, los templos y los altares, pues ese día entraba a la casa de mi abuela, en la que fuera la calle el Relox, y en una esquina tenía colocado un altar extraño para mi. Era el del Viernes de Dolores. La tradición estaba arraigada en Salamanca, en el Bajío y en buena parte de la república. En la época virreina, el Viernes de Dolores era el descanso a la larga cuaresma que entraba en la etapa más severa y el "oasis" que marcaba a todos ese viernes previo a las solemnidades, era memorable al haber, luego de los rezos, el reparto de aguas de sabores raros y, al menos por el Bajío, la nieve de garrafa se ofrecía a los que atendían a los rezos. La velada, que era eso, una auténtica velada, era ambientada con largas pláticas pues si a mi me tocó vivir la Semana Santa en silencio, sin música, ni juegos, todo a sottovoce, bien me puedo imaginar lo que fue en la época virreinal.

    Lo de la velada, auténtica velada, lo digo porque al Altar de Dolores se le conocía como "el incendio", esto debido a la cantidad de velas y veladoras que se encendían para que ese altar luciera aun más. Era uso común, en el siglo XIX, el difundir las luces de las velas con las esferas azogadas, esas que se han puesto nuevamente de moda en San Miguel de Allende y en Guanajuato, que son esferas de vidrio grandes que tienen un recubrimiento interior de mercurio, razón por la cual se le llaman "azogadas", pues antes al mercurio se le conocía como azogue. Y al haber tantas velas encendidas y tantas "bolas" azogadas, eso provocaba tal cantidad de luz que la gente decía que la casa se estaba incendiando, razón por la cual hubo una época en la que a los Altares de Dolores se les llamaba Incendios.

    Pensaba que la tradición un del Altar de Dolores se había perdido ya en Salamanca, hoy, 27 de Marzo de 2015, salgo al mercado municipal para comprobar que tan perdida está la tradición y regreso con la conclusión de que no se ha perdido, eso partiendo de la cantidad de vendedores que hay de flores blancas, amarillas y moradas, que son las que se usan para el mencionado altar, incluso, esa si que fue sorpresa, ya venden "el pastito" ya crecido, sea en bolsas que en las tradicionales latas de atún o en vasos de unicel. Por la tarde habrá una procesión y ya que el sol haya bajado un poco iré a los barrios a ver con cuántos incendios me topo. Mientras, aquí comparto las fotos de cómo lució el mercado municipal un Viernes de Dolores por la mañana:






















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