martes, 20 de enero de 2015

Villa de Salamanca: La Ciudad Real de 1530 en la Nueva España.

    Al que vemos en este retrato es el célebre Adelantado de Yucatán, o mejor dicho su hijo, Francisco Montejo y León, hubo tres Francisco de Montejo que llegaron a la Conquista de México, mejor dicho, a la de Yucatán, fue al "viejo" a quién le otorgaron el título de Adelantado; el otro de mismo nombre, fue "el hijo" o "el mozo", y fue quién fundara la ciudad de Mérida. Un tercer Francisco de Montejo. llamado por obvias razones "el sobrino" que fuera quien fundara la ciudad de Valladolid. Los tres participaron en la conquista de la península de Yucatán y los tres participaron, de alguna u otra manera en las fundaciones primitivas de la Villa de Salamanca.

    Como lo vimos ya en varios artículos previos, hubieron diez fundaciones previas a la Salamanca del Bajío, todas ellas en la Península de Yucatán, la primera ocurrió en 1527 en Xel.Ha, sitio conocido actualmente en Quintana Roo por su belleza, al poco movieron esa fundación a Xaman Ha, que es actualmente Playa del Carmen, también en Quintana Roo. Pasaría luego a Xicalango, mítico lugar conocido porque allí fue entregada la Malinche a Cortés. Pasaría luego la Villa de Salamanca a su período (por así decirlo) "Campechano): primero a Alcalán, luego a Champotón y después a San Francisco de Campeche, era ya 1531. Continuarían luego los traslados de la Villa de Salamanca de nuevo a lo que conocemos por Quintana Roo, llegaría a Bacalar, luego a Pachá y a Chunhuhub, para regresar a Bacalar y quedarse allí, incluso con categoría de Alcaldía Mayor.

   Pero hubo una fundación más con el nombre de Villa de Salamanca, esa ocurrió entre que iban del actual estado de Quintana Roo al actual estado de Campeche, la fecha no es del todo exacta, pudo ser 1529 o 1530. Lo que si es exacto y, sobre todo, muy conocido, es el sitio al que se le dio el nombre de Salamanca pues es de los más visitados en todo México: Chichén Itzá.

   "A fines del año 1527 salió de España Montejo con cuatrocientos hombres, llevando por contador a Alonso Dávila; por tesorero a Pedro de Lima; y por veedor a Hernando Moreno (de Quito) y aportó en Cozumel en marzo de 1528. Cozumel es una isla que no presentó importancia  de ninguna especie a los expedicionarios, los cuales siguieron su marcha hasta desembarcar en la península, en las inmediaciones del cabo Catoche, (sitio que había sido nombrado anteriormente como la Gran Cairo.

   Montejo conocedor de todas las disposiciones de los reyes de España relativas a conquistas en las Indias y no queriendo omitir requisito alguno porque sabía muy bien que cualquiera falta en ellos era fuente de procesos y dificultades, tomó posesión de la tierra solamente en nombre del rey, y mandó pregonar el requerimiento de conforme a las disposiciones reales debía hacerse en toda tierra nuevamente descubierta y antes de entrar en ella en son de guerra. Este requerimiento, como era natural, no produjo resultado alguno entre gentes que ni por el idioma, ni el objeto de él comprendían; y Montejo, guiado por un indio de Cozumel, emprendió su camino internándose en la península y encontrando a los mayas que la habitaban más o menos recibimientos hostiles, pero ninguno dispuesto a recibir el yugo de los españoles.

   Llegó al pueblo de Conil, (actual Holbox) siguió después hasta llegar a Cobá, luego a Chuaca (rumbos del actual Tizimín) y al fin a Aké en donde los combates comenzaron a ser más rudos y más sangrientos. Allí pelearon los españoles durante todo un día, y la ventaja al anochecer estaba por parte de los yucatecos, porque sobre se éstos gente indomable, belicosa y fuerte, los soldados de Montejo valían poco para el combate, tanto por ser nuevos en la guerra con los indios como porque es de suponerse que aquella expedición estaba compuesta más de gente que iba al husmo de la riqueza de las Indias que de soldados aguerridos y veteranos. Al siguiente día repitióse el combate, Montejo obtuvo la victoria, pero costóle tanto en vidas y ánimo de sus soldados, que tuvo necesidad de refugiarse en una fortaleza que arregló en Chichén Itzá, para ponerse a cubierto de los ataques de los mayas, cuyo valor y obstinación había tenido ya motivos de conocer.

   Permaneció allí algún tiempo procurando cultivar relaciones amistosas con algunos caciques de los alrededores, y fundó una villa de españoles con el nombre de Salamanca, en el mismo Chichén, asentando como vecinos de ella ciento sesenta de los soldados que le acompañaban.

   Por algún tiempo permaneció tranquilo Montejo en la nueva Salamanca, aunque sufriendo algo la tropa por la escasez de víveres; pero como aquella situación no contentaba las aspiraciones de Montejo ni de sus compañeros que anhelaba por encontrar oro, y como se tuviese en la nueva villa la noticia de que por el rumbo de Bakhalal había ricas y abundantes minas de aquel meta, Montejo desprendió de su fuerza una columna de cincuenta infantes y diez y seis caballos a las órdenes de Alonso Dávila.

   Iban en compañía de Dávila, Francisco de Montejo, hijo del adelantado, Martín Villa Rubia, Cristobal de Cisneros, Blas Maldonado, Alonso Arévalo y otros principales.

   Llegó Dávila con su columna hasta Chablé, dejó allí una parte, y con el resto fuese hasta la mar, embarcóse navegando tres días, y tomando tierra llegó a Chetemal, cuyo pueblo encontró abandonado, pero le pareció bueno fundar en él una población de españoles, como lo hizo en efecto, haicendo venir a los que habían quedado en Chablé y asentado allí una villa a la que llamó Villa Real, siendo nombrados en ella Martín de Villa Rubia y Francisco Vázquez, alcaldes; y Cristóbal de Cisneros, Francisco de Montejo, Blas Maldonado y Alonso Arévalo, regidores". (1)

   Siendo originario de Salamanca, Guanajuato, estando este blog destinado a documentar la Historia de Salamanca, me llama enormemente la atención encontrar una Salamanca más que hubo, aunque por breve tiempo, en México. Una más que se fundó en la Península de Yucatán y una más que funda Francisco de Montejo. El texto que acabamos de leer, de la pluma de Vicente Riva Palacio, nos deja entender que, entre las fundaciones que hubo, primero en la costa del Caribe, luego en la costa del Golfo, siguió esta en Chichén Itzá, para pasar luego a Bacalar y quedare allí, por más tiempo asentado el nombre de Salamanca, nombre que le recordaba, a Montejo, su lugar de origen en la otra península: la Ibérica.

   En la fotografía que sigue, verás un fruto nada conocido por el Bajío, se trata de la Anona, que crece al finalizar el invierno por la península de Yucatán, ese fruto viene a colación debido a que, todos los personajes, cuyos nombres hemos leído en este texto, fueron conocidos entre la gente maya como los "comedores de anonas", fruta que no era consumida por ellos, pero sí por los españoles y, a propósito de ello encuentro este texto:

  "En ese año fue que vinieron a Chichén los comedores de anonas. Entonces, lo primer que conocieron los grandes españoles don Francisco de Montejo, el Adelantado, y a los altos jefes, fue Cichén Itzá, donde se asentaron". (2)

   Con el fin de documentar un poco más allá del México a través de los siglos, encuentro en el fraile franciscano, historiador de Yucatán, Diego López de Cogolludo lo siguiente: "Desde allí solicitó pacificar a los naturales, introduciéndose con ellos con señales de amor y amistad cuantas podía, y con ellas agregó algunos indios, con que dio principio a edificar y hacer población en forma, aunque con intento de poblar de asiento en lo que después pacificada la tierra, pareciese más propósito para vivienda y comercio de los españoles. Las casas eran del modo de las de los indios, de madera y palos, las cubiertas de hojas de guano, que es muy semejante a la de la palma, y otras de una paja larga a modo de centeno. Avecindáronse en la nueva población ciento sesenta y seis vecinos españoles, que así se dice en la ejecutoria del adelantado, número muy cuantioso para lo que se acostumbraba en aquellos tiempos, y los demás quedaron para hacer las otras poblaciones que traían determinadas, según se fuese reconociendo la tierra. No he hallado para asegurarlo con certidumbre; pero por lo que he leído en un escrito muy antiguo, me persuado la llamaron Salamanca, y no sería mucho darle el adelantado el nombre de su patria". (3)

   Con todo esto, lo que estamos confirmando es que Salamanca, la del Bajío es la Salamanca número 12, luego de los varios intentos que comenzarían en Xel Ha, seguirían por Playa del Carmen, para luego seguir a lo que hoy es Frontera, Tabasco; continuar a Champotón y Campeche, pasar a Chichén Itzá y seguir a Bacalar, Pachá, Chunhuhub y regresar a Bacalar, población ésta última, que mantuvo el nombre de Salamanca desde 1544 hasta mediar el siglo XVII, en la que dejó de ser Salamanca de Bacalar para llamarse, tan solo Bacalar. Y ya, para ese mediar del siglo XVII, la Villa de Salamanca en el Bajío, comenzaba a prosperar y seguiría creciendo, hasta nuestros días.

Fuentes:

1.- Riva Palacio, Vicente. México a través de los siglos. Tomo V. Editorial Cumbre. México, 1986. pp.98-99.

2.- Pech, Ah Nakuk. Crónica de Chac Xulub Chen. En: México, nuestra gran herencia. Selecciones del Reader's Digest. México, 1973. p.174.

3.- López de Cogolludo, Diego. Historia de Yucatán. Libro II. Cap. VI. Red Ediciones, Barcelona, 2012. p.115 (Este libro está digitalizado.)

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