jueves, 10 de febrero de 2011

Varios sucesos en Salamanca durante la Guerra de Indpendencia


Ya que terminaron los festejos del Bicentenario en la zona del Bajío me siguen surgiendo dudas de que tanto pasó después. La lucha por la emancipación no fue cosa de unos meses, fue de muchos años, once para ser precisos y fue Salamanca escenario de varios enfrentamientos y sucesos que, a consecuencia de la guerra civil se dieron. Albino García es, sin duda, el personaje más conocido en la zona, pero las veces que se enfrentó contra los realistas no fue en una sola ocasión y no sólo en Salamanca, mismo caso aplica a Lucas Flores, vallense de muy cercana relación a Albino García; del padre Torres (no confundirlo con el Amo Torres), personaje de dudosa reputación e intereses y de Rafael García, conocido como "el Padre Garcilita" que también revolucionó en Salamanca.

Varios fueron los ataques realistas a Salamanca, estos tuvieron lugar en la persecución que se hacía al ejército Insurgente luego de la batalla de Aculco, el primero se dio el 21 de noviembre de 1810, el segundo precisamente en la Nochebuena de ese año; en ambos casos las tropas realistas iban comandadas por Félix María Calleja. Al año siguiente fue el capitán de milicias asentado en León, Gutiérrez de la Concha, quién dirigió los ataques a Salamanca, el primero se realizó el 5 de julio de 1811, el segundo el 23 de julio del mismo año, quedando, luego del enfrentamiento, la población bajo el mando realista y huyendo los Insurgentes a otros rumbos del actual estado de Guanajuato.

Esta vez nos apoyaremos en el libro de Juan Ortíz Escamilla para adentrarnos un poco en tan importantes episodios acontecidos en nuestra población: "A principios de 1811, el clérigo Rafael "Garcilita" García, insurreccionó por segunda vez en Salamanca. Su rebeldía se expresó en el saqueo de las aduanas y de casas de partidarios de los realistas, en la destrucción de cárceles y del archivo público, y en el nombramiento de la nueva autoridad, que a este caso recayó en Luis García.


A imitación de Salamanca, la 'plebe' de Irapuato hizo lo mismo saqueando e incendiando las casas de los europeos José Ignacio Martínez, el coronel Menchaca y el dominico con grado de teniente coronel, fray Mariano Rodríguez. La 'plebe' se alborotó nuevamente y dio muerte a los patriotas Mariano Liceaga y José María Estrada, e hirieron a otros; entre ellos al alcalde Mariano Azconovieta. A "gusto del pueblo" los Insurgentes nombraron jueces a Juan Bautista Gallardo y José Apolonio Zanabria. Para someterlos, el intendente realista Marañón bajo el liderazgo de los curas locales, envió las milicias recién formadas en León, Guanajuato y Silao. Aun cuando la 'plebe' les hizo frente, fue sometida.

Esto que acabamos de leer nos da una serie de interesantes datos, pues si recordamos la historia de la Hacienda de Temascatío, veremos que los dueños en ese entonces eran precisamente los más importantes personajes de Irapuato: Azconovieta y Marañón. Seguimos leyendo, pero antes solo anotamos que fue el 17 de enero de 1811 cuando se dio lo que los historiadores llaman "el desastre de Calderón", es decir, el enfrentamiento entre Insurgentes y realistas en el cual se dio, practicamente, la desintegración del otrora enorme ejército, reduciéndolo a unos cuantos.

"La derrota de Calderón dividió a la insurrección en una serie de movimientos locales donde la mayor parte de los notables de las poblaciones se organizó en contra de los rebeldes. A partir de ese momento, los Insurgentes que no se indultaron salieron de las poblaciones y se refugiaron en los cerros o en los pueblos insurgenentes y utilizaron el sistema de 'guerra de guerrillas' luchando en grupos pequeños. En el Bajío se aprecia claramente la división social entre notables y plebe; aquellos, arrepentidos, se alinearon con los realistas mientras el pueblo bajo continuaba apoyando a los Insurgentes. En las poblaciones "no había Insurgentes" mientras permanecían las tropas realistas en el lugar, pero una vez que las abandonaban, inmediatamente las volvían a ocupar otras fuerzas. Esto sucedía con mucha frecuencia en Salamanca, donde el principal líder rebelde era el propio cura del lugar, Rafael García, alias "Padre Garcilitas".

Indudablemente que Salamanca jugó un papel clave en el movimiento armado, dada su ubicación, de hecho, todo lo que ha sucedido en Salamanca, para bien o para mal, ha sido consecuencia de ello, de su ubicación estratégico entre los cuatro puntos cardinales. Será bueno repensar un nuevo monumento que marque el centro del país. Sí ya existe uno en Tequisquiapan, otro en el Cerro del Cubilete y uno más en Aguascalientes que reclaman ser los puntos geográficos centrales, ¿por qué no agregarle uno más en Salamanca? si siempre nos ha gustado complicar las cosas ¿no lo crees?... Luego de este, "monumental" paréntesis, continuamos:

"Los habitantes aprendieron a convivir con una y otra fuerza y a negociar cuando los visitaban. Tanto realistas como Insurgentes imponían penas severas a los pueblos que no les obedecían y en medio de esta situación, ellos aprendieron a moverse entre dos fuegos . En junio de 1811, el comandante de Irapuato escuchó cañonazos en Salamanca y pensó que los Insurgentes habían invadido, cuando llegó al lugar se dio cuenta de que se trataba de una fiesta de iglesia, pero con sorpresa descubrió que en el pueblo había Insurgentes, que convivían con los habitantes cuando se suponía que habían organizado las milicias para hacerles frente. Después de regañarlos les quitó las escopetas y pistolas que traían".

Este párrafo me parece extraordinariamente emblemático para Salamanca, pues si lo hemos leído con atención notaremos algo: se dice de una fiesta de pueblo y que esta fiesta se celebraba en junio de 1811. ¿Reconoces la fecha? ¿Identificas a cual celebración se refiere? Indudablemente que a la Octava de Corpus, recordemos que la tradición de esta festividad se remonta, según documentos, a 1703, consecuentemente para 1811, luego de poco más de un siglo, la fiesta estaba arraigada en la población.

"El capitán de milicias de León, Gutiérrez de la Concha, aseguraba que en Salamanca era un pueblo cuyos vecinos "el que no es Insurgente, es egoísta, y no tiene resolución para abrazar decididamente algún partido; si se les oye hablar, son unos infelices que dominados de sus fuerzas han tenido que ceder". Gutiérrez ya los había sometido varias veces y siempre lo recibían con toque de campanas. En una ocasión salieron a recibirlo creyendo que había sido derrotado, pero cuando vieron a las tropas huyeron..."

Yo, muy en lo personal, me sigo sorprendiendo con la cuantiad de cosas que sucedieron en nuestro lugar de origen, me sigo sorprendiendo de que no se haya difundido con atención y puntualidad la importancia que Salamanca ha tenido y tiene en la historia de México.


Nota: Todo lo escrito en letra cursiva lo he tomado del libro Guerra y Gobierno. Los pueblos en la guerra de Independencia de México. Escrito por Juan Ortíz Escamilla. Colección Nueva América, Universidad Internacional de Andalucía. Sevilla, 1997.

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