jueves, 12 de agosto de 2010

El sacrílego robo de la corona del Señor del Hospital

Suele suceder que hasta que los problemas nos afectan es cuando les tomamos importancia. Tal es el caso de lo sucedido hace apenas 72 horas aquí en Salamanca: el robo de la corona al Señor del Hospital, que una vez sabida la desagradable noticia, nos damos cuenta del enorme problema que el robo de arte sacro ha generado en México. Sí, una calamidad más nos afecta. Sabemos del narcotráfico, lo vemos, lo sentimos, de eso da puntual cuenta la prensa escrita, la hablada y la televisada. El robo de arte sacro, a decir de la PGR, ocupa ya el segundo lugar, luego del narcotráfico, en nuestro país y si eso ocurre es porque en él hay fuertes sumas de dinero.


Apenas hace poco, doce días antes del robo, en la ciudad de México esto era lo que se decía: La Arquidiócesis de México demandó la tipificación del robo de arte sacro como "delito grave" en la legislación, para contribuir a desalentarlo, y reconoció la labor realizada por la Procuraduría General de la República (PGR) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el mayor rescate de obras de arte sacro y piezas prehispánicas en los años recientes”. (1)


Ya desde años anteriores aparecía en la prensa nacional sobre robos, especialmente en los estados de Puebla y Tlaxcala, lugar de gran abundancia de obras artísticas del siglo XVI y XVII, en donde los ladrones, “sobre pedido” realizaban los robos, esto para no arriesgar nada, sabiendo que una pintura o escultura de tales características solo interesarían a un coleccionista, especialmente a uno que pueda afrontar la suma de dinero que ese tipo de obras llegan a costar en el mercado negro. Apenas en junio del 2009 en Michoacán, lugar que se vio fuertemente afectado por el robo de arte sacro pusieron los focos rojos sobre la problemática.


En La Jornada de Michoacán del 22 de junio de 2009 se publicó que “Esa laxitud en la legislación mexicana permitió que el robo de arte sacro se convirtiera en la segunda actividad delictiva con mayores ganancias en el territorio nacional, después del narcotráfico, pues solamente en el sexenio de Vicente Fox, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se registró la pérdida de 964 objetos religiosos extraídos de un universo de 19 mil edificios sacros, de los cuales se recuperaron 190 sin contar las 10 mil 485 piezas prehispánicas sustraídas de los casi 35 mil sitios arqueológicos nacionales. La Procuraduría General de la República (PGR) informó que en el mismo lapso de tiempo se iniciaron 192 averiguaciones previas sobre el tema de las cuales se resolvieron 175, y se estima que sólo el 10 por ciento de las piezas robadas son recuperadas”. (2)


Al comenzar este mes de agosto, se daba cuenta, también en la prensa nacional, que unos ladrones especializados en arte sacro habían sido capturados en la ciudad de México junto a las obras “pedidas” por coleccionistas


Pero si hay rateros profesionales que han encontrado en el arte sacro la fuente de su latrocinio, peor aun, de sus sacrilegios, es porque hay los compradores. En una interesante nota que publicó El Universal en junio de 2008, se daba cuenta de que estas obras robadas iban a dar a los Estados Unidos, lo dice de esta manera: “En los estados de Arizona, California, Nuevo México y, en menor medida, Texas, se da un mercado con gran interés por el arte religioso mexicano. No tengo pruebas, pero entre muchos ricos estadounidenses –sajones- es una moda el Mexican Ranch Style, y es una paradoja: odian a los mexicanos que se brincan para ir a trabajar allá, pero adoran la cultura mexicana. Se construyen sus casas como las del siglo XVIII o del XVII mexicanos, y para que sean más increíbles necesitan objetos originales, no copias. Esa gente exige cuadros originales. Eso no quita que mucha gente del propio México los compre”. (3)


Fue en septiembre del 2009 en una reunión celebrada en Guadalajara con distintas autoridades de países latinoamericanos preocupados en la conservación de arte y avalados por la UNESCO y se dijo:”… que hoy es un momento clave para reflexionar en torno a las estrategias que favorezcan la incorporación de nuevas visiones patrimoniales y el desarrollo de mecanismos gubernamentales y de la Iglesia, para la protección, registro, capacitación y conservación de los artículos religiosos”. (4)


Desafortunadamente esto entra ya en el pasado, en el “hubiera”. Lo sucedido en Salamanca nos debe llevar a una profunda reflexión a pensar y sobre todo, a planear las estrategias adecuadas para que este tipo de cosas no sucedan. Si los valores cívicos, morales se ven ya perdidos, con esto vemos que nada detiene el interés de ciertas personas por hacerse de dinero de la forma más fácil y ruin: robando.


Y si a esto le agregamos el concepto de lo que es un sacrilegio, es decir, una profanación a algo que va mucho más allá del valor que en pesos y centavos puedan tener las cosas, esta vez se está robando algo que pertenece a la conciencia, al respeto, a lo sagrado, a algo que es intangible y que por lo tanto difícilmente podrá ser reemplazado.


Si te interesa leer las notas completas, entra aquí:


1.- La Jornada, 28 de julio, 2010.

http://www.jornada.unam.mx/2010/07/29/index.php?section=cultura&article=a03n3cul


2.- La Jornada de Michoacán, 22 de junio, 2009.

http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2009/06/22/index.php?section=cultura&article=020n1cul


3.- El Siglo de Torreón, 28 de junio, 2008

http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/360971.el-robo-de-arte-sacro-de-lo-amateur-a-lo-prof.html


4.- El Informador. Guadalajara, 29 de septiembre, 2009.

http://www.informador.com.mx/cultura/2009/141621/6/unesco-pide-leyes-eficaces-contra-saqueo-de-arte-sacro-en-mexico.htm



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